lunes, 29 de diciembre de 2014

La vida

La vida no se mide tanteando puntos (como en un juego). La vida no se mide por el número de amigos que tienes. Ni por como te aceptan los otros. No se mide según los planes que tienes para el fin de semana ni por si te quedas en casa solo. No se mide según con quien sales, con quien solías salir ni por el número de personas con quienes has salido, ni por si no has salido nunca con nadie. No se mide por la persona que has besado. No se mide por el sexo. No se mide por la fama de tu familia ni por el dinero que tiene tu familia. Ni por la marca de coche que manejas. Ni por la escuela a que asistes. No se mide ni por lo guapo ni por lo feo que eres. Ni por la marca de ropa que llevas, ni por los zapatos ni por el tipo de música que te gusta. No importa si tienes el pelo rubio, rojo, negro o castaño. O si tu tez es demasiado blanca o demasiado morena. No se mide por las notas que recibes, ni por lo inteligente que eres, ni por lo inteligente que los otros piensan que eres, ni por lo inteligente que dicen los exámenes estandarizados que eres. No se mide por las organizaciones sociales de que eres socio ni por lo bueno que eres en "tu" deporte. No se mide por la manera en que te representas en una hoja de papel ni por quien te acepta a través del "tu escrito". La vida simplemente no es nada de eso. Pero la vida si se mide según quien amas y según quien dañas. Se mide según la felicidad o la tristeza que proporcionas a otros. Se mide por los compromisos que cumples y las confianzas que traicionas. Se trata de la amistad, la cual puede usarse como algo sagrado o como una arma. Se trata de lo que dice y lo que quieres decir, sea dañoso o beneficioso. Se trata de murmurar y de contribuir a los pequeños chismes. Se trata de los juicios que formulas y por que los formulas. Y a quien se los comentas. Se trata de a quien no le haces caso o ignoras... adrede y a pleno propósito. Se trata de los celos, del miedo, de la ignorancia y de la venganza. Se trata del odio que llevas adentro, de como lo cultivas y de como lo riegas. Pero por la mayor parte se trata de si usas la vida tuya para tocar o envenenar el corazón de otros, de una manera que habría sido imposible que se ocurriese por otra manera. Tú y sólo tú escoges la manera en que vas a afectar el corazón de otros... y esas decisiones son de lo que se trata la vida.

CAMBIAR YO...

CAMBIAR YO PARA QUE, QUE CAMBIE EL MUNDO... El Sufi Bavazid dice acerca de si mismo: De joven yo era un revolucionario y mi oración consistía en decir a Dios: “Señor, dame fuerzas para cambiar el mundo”. A medida que fui haciéndome adulto y caí en la cuenta de que me había pasado media vida sin haber logrado cambiar a una sola alma, transforme mi oración y comencé a decir: “Señor, dame la gracia de transformar a cuantos entran en contacto conmigo. Aunque solo sea a mi familia y a mis amigos. Con eso me doy por satisfecho”. Ahora, que soy un viejo y tengo los días contados, he empezado a comprender lo estúpido que yo he sido. Mi única oración es la siguiente: “Señor, dame la gracia de cambiarme a mi mismo”. Si yo hubiera orado de este modo desde el principio, no habría malgastado mi vida. Reflexiona en silencio esta lectura y anota tus propias conclusiones. ¿Crees que nuestra postura es la del Sufi? ¿Por qué? ¿Intentas cambiar algo de ti mismo antes que pensar en cambiar el mundo? Opina sobre la siguiente afirmación: “Todo el mundo piensa en cambiar la humanidad. Casi nadie piensa en cambiarse a si mismo”.

Una pequeña historia

Esta es una historia sobre cuatro personas que se llamaban todo el mundo, alguien, cualquiera y nadie. Había que hacer un importante trabajo y todo el mundo estaba seguro de que alguien lo haría. Cualquiera podría haberlo hecho, pero nadie lo hizo. Alguien se enfado porque era un trabajo de todo el mundo. Todo el mundo pensó que cualquiera podía hacerlo, pero nadie se dio cuenta de que nadie lo haría. Al final, todo el mundo culpo a alguien cuando nadie hizo lo que cualquiera podría haber hecho.

La leyenda de los sentimientos

"Cuenta la leyenda que una vez se reunieron en un lugar de la tierra todos los sentimientos y cualidades de los hombres. Cuando el ABURRIMIENTO había bostezado por tercera vez, la LOCURA, como siempre tan loca, les propuso: -¿jugamos al escondite? La INTRIGA levanto la cara intrigada, y la CURIOSIDAD sin poder contenerse preguntó: - ¿al escondite? ¿y cómo es eso? -Es un juego- explicó la LOCURA - en el que yo me tapo la cara y comienzo a contar desde uno hasta un millón mientras ustedes se esconden y, cuando yo haya terminado de contar, el primero de ustedes al que encuentre, ocupará mi lugar para continuar el juego. El ENTUSIASMO se halló secundado por la EUFORIA. La ALEGRÍA dio tantos saltos que terminó por convencer a la DUDA, e incluso a la APATÍA a la que nunca le interesaba nada. Pero no todos quisieron participar. La VERDAD prefirió no esconderse; ¿para qué? si al final siempre le hallaban, la SOBERBIA opinó que era un juego muy tonto (en el fondo, lo que le molestaba era que la idea no había sido suya), y la COBARDÍA prefirió no arriesgarse... - Uno, dos, tres... comenzó a contar la LOCURA. La primera en esconderse fue la PEREZA, que, como siempre, se dejó caer tras la primera piedra del camino. La FE subió al cielo, y la ENVIDIA se escondió tras la sombra del TRIUNFO, que con su propio esfuerzo había logrado subir a la copa del árbol más alto. La GENEROSIDAD casi no alcanzaba a esconderse; cada sitio que hallaba le parecía maravilloso para alguno de sus amigos: ¿que si un lago cristalino? ¡es ideal para la BELLEZA!; ¿que si la rendija de un árbol? ¡perfecto para la TIMIDEZ!; ¿que si el vuelo de una mariposa? ¡lo mejor para la VOLUPTUOSIDAD!; ¿que si una ráfaga de viento? ¡magnífico para la LIBERTAD! Así que termino por ocultarse en un rayito de sol. El EGOÍSMO, en cambio, encontró un sitio muy bueno desde el principio, ventilado, cómodo... eso sí, sólo para él. La MENTIRA se escondió en el fondo de los océanos (¡mentira, en realidad se escondió detrás del arco-iris), y la PASIÓN y el DESEO en el centro de los volcanes, el OLVIDO... ¡se me olvidó donde se escondió!... pero no es lo importante. Cuando la LOCURA contaba 999999 el AMOR aún no había encontrado sitio para esconderse, pues todo se encontraba ocupado, hasta que divisó un rosal y, enternecido, decidió esconderse entre sus flores. -¡Un millón!- contó la LOCURA y comenzó a buscar. La primera en aparecer fue la PEREZA, sólo a tres pasos de la piedra. Después escuchó a la FE discutiendo con Dios en el cielo sobre zoología, y a la PASIÓN y al DESEO los sintió en el vibrar de los volcanes. En un descuido encontró a la ENVIDIA, y claro, pudo deducir donde estaba el TRIUNFO. Al EGOÍSMO no tuvo ni que buscarlo; él solito salió desesperado de su escondite que había resultado ser un nido de avispas. De tanto caminar sintió sed y al acercarse al lago descubrió a la BELLEZA. Y con la DUDA resulto más fácil todavía, pues la encontró sentada sobre una cerca sin decidir aún en que lado esconderse. Así fue encontrando a todos: el TALENTO entre la hierba fresca, la ANGUSTIA en una oscura cueva, la MENTIRA detrás del arco-iris...(¡mentira, ella estaba en el fondo del océano!), y hasta el OLVIDO, al que ya se le había olvidado que estaba jugando al escondite. Pero solo el AMOR no aparecía por ningún sitio. La LOCURA buscó detrás de cada árbol, bajo cada arroyuelo del planeta, en la cima de las montañas y, cuando estaba apunto de darse por vencida, divisó un rosal y las rosas... Y tomó una horquilla y comenzó a mover las ramas, cuando de pronto un doloroso grito se escuchó. Las espinas había herido en los ojos al AMOR y la LOCURA no sabía que hacer para disculparse; lloró, rogó, imploró, pidió perdón, y hasta prometió ser su lazarillo. Desde entonces , desde que por primera vez se jugó al escondite en la tierra, EL AMOR ES CIEGO Y LA LOCURA SIEMPRE, SIEMPRE, LE ACOMPAÑA."

EL MAESTRO

Un artículo que leí "Escuchar y responder" provocó que alguien me pidiera cuáles son las voces de la infancia que el educador debe percibir y a las cuales ha de responder. He tenido ocasión repetidamente de escuchar qué reclamaban desde sus necesidades unos adolescentes a aquellos quienes de alguna manera, tienen sobre ellos una misión educativa, los mayores, como dicen ellos. A partir de todo lo que he podido escuchar, voy a intentar proponer unas actitudes y unas cualidades que, en mi opinión, son necesarias para todo buen educador. Un educador debe tener ganas de vivir y tiene que demostrar que el peso de la vida no le resulta insoportable hasta el punto de hacerle arrastrar los pies con un gesto cansado. Mal trabajo haría el educador que dejase entrever que sólo vive porque no le queda otro remedio. ¿Cómo quiere animar para la vida si todo el mundo se da cuenta de que el sólo vivir es un aburrimiento? Peor sería todavía, si el chico se diera cuenta de que es la escuela aquello que le fastidia. Un educador no debe dar miedo, porque el miedo impide la confianza, y sin confianza no hay educación posible. Da miedo: - Aquél que enjuicia. - Aquél que castiga sin razón. - El que se muestra irónico. - Aquél que adrede hace quedar mal. - El que se ríe de los demás. - Aquél que lo sabe todo. - Aquél que es perfecto. - Aquél que nunca comete errores y siempre tiene razón. - Aquél que no comprende las debilidades de los demás. - La persona demasiado ordenada. - La persona que no duda nunca. - Etc. Un educador no debe ser pegajoso (plomo), las personas pegajosas sólo atraen personas con necesidad de apego. El interés que debe mostrar hacia los chicos ha de ser un interés desinteresado. Un educador debe querer la verdad y debe notársele. Los alumnos no han de tener la impresión de tener que ganarse la estimación del educador ni tener que merecerla. La gratuidad y la incondicionalidad de la estimación es una condición indispensable para una buena tarea educativa. Los chicos no pueden vivir con el miedo en el corazón de si serán queridos o no. El educador que deja entrever ciertas predilecciones, <> por las razones que sean, cierra toda posibilidad de confianza y sólo atrae a los aduladores. El educador tiene que ser amablemente exigente y ha de tener el tacto de hacer ver la exigencia como una valoración y como consecuencia de la estima verdadera. El educador tiene que tener tiempo. El alumnado ha de saber que es el centro de todo el proyecto educativo, tiene que darse cuenta que no hay nada que valga tanto como ellos. El tiempo es de las cosas que más vale, pero uno es más importante que el tiempo y así se le debe demostrar. Para facilitar que los chicos hablen, el educador tiene que tener la convicción de que escuchar no le resultará ni fácil ni cómodo y ha de saber despojarse de la manía de los adultos de resolver problemas. El miedo de hablar, que hemos encontrado en muchos jóvenes, viene, muchas veces, del hecho de haberse encontrado con personas que son máquinas de soluciones pero que no saben escuchar los problemas. Si el educador tiene la idea de que hablar sirve sólo para hacer ver a otro que no sabe, mal parado va. Todo o casi todo lo que el chico le puede explicar, él ya lo sabe; escucharlo, pues, lo tendrá por una pérdida de tiempo, se pondrá nervioso, y se le notará. Luego los chicos callarán. El educador no ha de querer ser como ellos, me parece que nunca me he encontrado con ningún joven que reclame que los mayores sean como ellos. De uno que es como ellos, no aprenderán nada nuevo. Tampoco ha de pretender, hacerlos como él es. El educador debe saber que no hay gestos neutros delante de los chicos y de que no existen palabras sin importancia. Con la excusa corriente de que el espacio no da para más, cierro esta lista. De todas maneras, quisiera añadir una cosa. Un buen educador es difícil de hacer, pero si además de educar ha de ser un buen testimonio, no hace falta añadir, que la dificultad aumenta. MIGUEL ESTRADÉ

LA PAZ

En los andes de América del sur, una mañana emprendí solo una excursión antes del amanecer para escañar una montaña... No había un murmullo de arrollo, ni un chirriar de pájaros, ni un susurro de brisas. No había sino quietud, sien embargo, no era una quietud de muerte, mas bien parecía como si todo aquello estuviera en posición de alerta, observando la llegada del día. Parecía casi sacrilegio romper aquel silencio con el ruido de las pisadas sobre las piedras... Me sentía como un insecto pequeño en medio de aquella grandeza... La masa toda destacándose perfectamente en todo su contorno y detalles, contra el cielo oscuro. Conforme me fui pasando la vista de pico en pico, estos se iban tornando color de rosa con la radiante aurora... Sentía que aquello era demasiado para la mente de un pequeño mortal trasgresor de aquel lugar sagrado. No había nada ahí que conecte esa escena divina con la vida humana que había dejado abajo entre la niebla... Me tambalee, aterrado hasta el espanto con aquel cuadro y en aquel momento, cuando necesitaba mas del contacto con el mundo humano, sobre el siguiente pico apareció adelante de mí una figura: La figura de Cristo Redentor. No la figura usual de un cuerpo patético colgando de la cruz, sino un ser amable, grande, con ropas flotando al aire y con los brazos abiertos en actitud de protección y bienvenida. Una magnifica estatua felizmente colocada con el propósito de señalar los linderos entre dos grandes países, Argentina y Chile, con un signo de paz... Como un signo tangible entre lo humano y lo divino; el eslabón que cristo mismo vino a traer a la tierra. Baden-Powell

PREGUNTA EL HOMBRE Y RESPONDE DIOS

PREGUNTA EL HOMBRE Ven, Tu, Dios, que quiero interpelarte. No te escondas entre santos, entre salmos y cantos, que es es a ti que quiero hablarte. No necesitas que te invite para poder increparte por que todo esta al revés. Ven y sal de tu escondite y da la cara alguna vez! Ven aquí, mi Dios sublime, y, entre nos, dime: ¿que rayos hago aquí? ¿Por que mueren niños al nacer y no nos dejas verlos crecer? ¿Donde esta tu Plan Divino? ¿Será que por puro placer nos tuerces el destino? O sino, ¿por que a veces nos niegas el derecho a la paternidad? ¿O nos mandas criaturas que viven una eternidad y son sordas, mudas o ciegas? ¿Por que hay niños retrasados, atrapados, sin salida? ¿Por que hay gente desnutrida? ¿viejos abandonados? ¿cancerosos desahuciados? Y si el sexo fue un regalo, ¿por que enfermos de sida? ¿Por que habría de ser malo disfrutar de la vida? ¿Por que nos arrebatas a nuestros seres queridos, a nuestros seres mas bellos? ¿Por que nos endulzas con ellos y, luego, los matas? ¿Por que les das la estocada y nos dejas heridos? ¿Por que nos mandas terremotos, maremotos, ciclones y aluviones? ¿Por que nos vuelves locos, poco a poco? ¿Por que, Señor, tanto horror? Ahora dices que blasfemo contra ti. Y tu, acaso, ¿me preguntaste si quería estar aquí? ¿Será, por eso, que fracaso? ¿Por que tormentos y espantos? ¿Por que esta cruz que llevo a cuestas? ¿Por que son mis quebrantos? ¿Por que sigo sin respuestas? ¿Por que camino y nunca llego? ¿Por que lucho y no consigo? ¿Por que siendo un pobre lego, siempre... te sigo? El Hombre (Desde la tierra) RESPONDE DIOS ¿Que pasa, hijo mío, que no logras verme? ¡Mírame con tu corazón! Yo no tengo necesidad de esconderme, pero no será con tus cinco sentidos que has de captar mis latidos, ni tampoco con la razón. Me agradan los salmos y los cantos, y los santos te guían hacia mi, pero no confundas la forma con el fondo. Rézame desde lo mas hondo, y oirás como te canto yo a ti. Soy el responsable tácito de toda la Creación. Soy la respiración hasta del ultimo parásito. Y mi rostro puedes ver en cada amanecer, en cada niño, en cada flor; en cada acto de amor. Me preguntas con insolencia cual es tu papel en el mundo; y sobre mi supuesta indolencia de muertes tempranas, de tristes mañanas y de dolor profundo. En efecto, no parecen muy cálidos los fines de mi Plan Divino: hombres con defectos, longevos minusválidos, niños sin destino. Pero, criatura bien amada, permíteme explicarte que la hora de mi llamada no es solo por el que parte. Pues es posible también que yo lo haya retirado, porque ya no encaja bien en el mosaico que he planteado. Y otra posibilidad es que, por falta de voluntad, ya no interese darle mas oportunidad. Pero el que se queda en la Tierra en esta dimensión de vida, debe continuar su guerra en la misión elegida. Así pues, no es una suerte de baraja lo que decide quien viaja; pues hay un Divino Plan, pero no es en vano tanto afán, porque existe libertad de que cada quien decida si obrar en la partida con bien o con maldad. Quizás parezca injusta la suerte que corre un alma en su vida menos adusta. Pero hallara la calma si descubre, finalmente, que toda la gente tiene idénticas opciones según sus disposiciones. Ciertos dones yo te di y otros a los demás, pero a ninguno le di mas ni menos que a ti. Parece distinto, a veces: como que unos concentraron, con exceso y con creces, lo que a ti te negaron. Pero a este lo hice crítico y también paralítico. Aquella: belleza tiene, y un hijo sordo le viene. Y a ese otro: dinero a manos llenas, y la mar de penas. Y el sexo si fue un regalo para tu deleite y disfrute; eso nadie te lo discute. Pero yo no tuve en mente que despilfarres tu simiente, ni la promiscuidad. Ahora el hombre ha motivado una nueva enfermedad, hasta hoy desconocida, que no tiene sexo ni edad. Y me preguntas, de verdad: ¿por que la enfermedad sexual? Les di un mundo en armonía, ¿y que han hecho con el?: Especies en extinción, contaminación, muerte y guerra. ¿No basta una Babel? El hombre el átomo "doma" y realiza pruebas nucleares; ¿es este otro Sodoma? Pueblos enteros borra, aniquila la vida en los mares; ¿es este otro Gomorra? Y los terremotos y maremotos, ciclones y aluviones, no son todos obra mía, como tampoco son los clones. ¡Que ironía! Porque fuiste privilegiado y te di un cuerpo perfecto, sin defecto. Pero te has drogado... Y lo has contaminado... Y los has profanado. Entonces, ¿de que te lamentas?, ¿Por que blasfemas así? si, en resumidas cuentas, no mereces la vida ni a mi. Que no te pregunte, me increpas. Si, lo admito. Pero, te repito, que si conmigo discrepas, puedes largarte de aquí. Pero no, hijo mío, que yo te tengo en mi memoria, porque solo te has caído. Hubiese podido darte el cielo, sin tanta lucha ni desvelo, pero, cual seria la gloria? Debes, pues, completar tu misión para alcanzar el amor. Dios (Desde el Cielo)

EL ROBLE Y EL HALCÓN

Detrás de la granja donde yo vivía por entonces había una charca (espacio de tierra cenagosa y baja) cubierta de arbustos. Pasaba allí la mayor parte de mis horas libres y también otra criatura frecuentaba el lugar. Era un halcón. Le gustaba posarse sobre uno de los robles muertos que por allí existían, como si le agradara contemplar los alrededores por encima de los obstáculos. Pasados unos meses se acostumbró tanto a verme que no se movía de su rama aunque yo llegara hasta muy cerca de él. Durante el día era mi costumbre subirme al tejado de la casa para contemplar los huertos cercanos al nuestro. Desde allí podía divisar el roble donde descansaba el pájaro, situado a unos ciento cincuenta metros. Con el tiempo, una especie de amistad se fue desarrollando entre nosotros. Cierta mañana, al volver después de haberme ausentado por unos días, fui hasta la charca para ver si todo estaba en orden. Me sorprendió desagradablemente ver que todos los robles habían sido cortados y ardían. Un hombre se disponía a derribar el último, que era el favorito del halcón. Traté de disuadirle, pidiéndole que no lo hiciera, pero él me dijo que de nada serviría, puesto que estaba muerto. Era mejor córtalos y prenderle fuego. Le dije que era imposible que el árbol fuese a caer sobre sus cultivos: y muerto. ya no, hacía uso de agua ni de fertilizantes. No pude convencerle, sin embargo. Y, dado que el árbol crecía en sus tierras, era imposible hacer nada más. Una vez desaparecidos los robles muy rara vez volví a ver al halcón. Había hablado al leñador con la voz del corazón, sin disponer del dominio de datos que secundaran mis sentimientos. Sentía que era preciso que existiesen importantes razones por las que los árboles muertos son valiosos; pero por entonces ignoraba cuáles podían ser. Más tarde iba a obtener información que hubiese podido ayudar al hombre a comprender que probablemente se produjesen consecuencias desfavorables si echaba abajo los árboles. Cuando éstos se secan, por ejemplo, brindan hogares a muchas aves (como los picapinos) que libran a la tierra de una serie de insectos dañinos. Joseph Bharat Cornell ¿De qué manera hubieras convencido tu al leñador? ¿Crees que existen cosas inútiles en la naturaleza? ¿Cuáles? ¿Qué puedes hacer tu, dentro de tus posibilidades, para preservar el medio natural que te rodea? ¿lo haces? ¿Por qué es mas importante preservar el medio natural?

EL DIA MAS IMPORTANTE DE MI VIDA

En cierta ocasión durante una charla que di ante un grupo de abogados, me hicieron esta pregunta: "Que es lo mas importante que ha hecho en su vida?". La respuesta me vino a la mente en el acto, pero no fue la que di, porque las circunstancias no eran las apropiadas. En mi calidad de abogado de la industria del espectáculo, sabia que los asistentes deseaban escuchar anécdotas sobre mi trabajo con las celebridades. Pero, he aquí la verdadera, la que surgió de lo mas recóndito de mis recuerdos. Lo mas importante que he hecho en la vida tuvo lugar el 8 de Octubre de 1.990. Mi madre cumplía 65 anos, y yo había viajado a casa de mis padres en Massachusetts, para celebrar con la familia. Comencé el día jugando con un excondiscípulo y amigo mío al que no había visto en mucho tiempo. Entre jugada y jugada conversamos acerca de lo que estaba pasando en la vida de cada cual. Me contó que su esposa y el acababan de tener un bebe, y que el pequeño los mantenía en vela todas las noches. Mientras jugábamos, un coche se acerco haciendo rechinar las llantas y tocando el claxon con insistencia. Era el padre de mi amigo, que consternado, le dijo que su bebe había dejado de respirar y lo habían llevado de urgencia al hospital. En un instante mi amigo subió al auto y se marcho, dejando tras de si una nube de polvo. Por un momento me quede donde estaba, sin acertar a moverme, pero luego trate de pensar que debía hacer. ¿Seguir a mi amigo al hospital? Mi presencia allí, me dije, no iba a servir de nada, pues la criatura seguramente estaría al cuidado de médicos y enfermeras, y nada de lo que yo hiciera o dijera iba a cambiar las cosas. ¿Brindarle mi apoyo moral? Bueno, quizá. Pero tanto el como su esposa provenían de familias numerosas y sin duda estarían rodeados de parientes que les ofrecerían consuelo y el apoyo necesarios pasara lo que pasara. Lo único que haría seria estorbar. Además había planeado dedicar todo mi tiempo a mi familia, que estaba aguardando mi regreso. Así, decidí reunirme con ellos e ir mas tarde a ver a mi amigo. Al poner en marcha el auto que había rentado, me percate que mi amigo había dejado su camioneta, con las llaves puestas, estacionada junto a las canchas. Me vi entonces ante otro dilema: no podía dejar así el vehículo, pero si lo cerraba y me llevaba las llaves, ?que iba a hacer con ellas?. Podía pasar a su casa a dejarlas, pero como no tenia a la mano ni un papel para escribirle una nota, no podría avisarle lo que había hecho. Decidí pues ir al hospital y entregarle las llaves. Cuando llegue, me indicaron en que sala estaban mi amigo y su esposa, como supuse, el recinto estaba lleno de familiares que trataban de consolarlos. Entre sin hacer ruido y me quede junto a la puerta, tratando de decidir que hacer. No tardo en presentarse un medico, que se acerco a la pareja y, en voz baja les comunico que su bebe había fallecido, victima del síndrome conocido como muerte en la cuna. Durante lo que pareció una eternidad, estuvieron abrazados, llorando, mientras todos los demás los rodeamos en medio del silencio y el dolor. Cuando se recuperaron un poco, el medico les pregunto si deseaban estar unos momentos con su hijo. Mi amigo y su esposa se pusieron de pie caminaron resignadamente hacia la puerta. Al verme allí, en un rincón, la madre se acerco, me abrazo y comenzó a llorar. También mi amigo se refugio en mis brazos. "Gracias por estar aquí" me dijo. Durante el resto de la mañana permanecí sentado en la sala de urgencias del hospital, viendo a mi amigo y a su esposa sostener en brazos a su bebe y despedirse de el. Eso es lo mas importante que he hecho en mi vida. Aquella experiencia me dejó tres enseñanzas: PRIMERA: Lo mas importante que he hecho en la vida ocurrió cuando no había absolutamente nada que yo pudiera hacer. Nada de lo que aprendí en la universidad, ni en los seis anos que llevaba ejerciendo mi profesión, me sirvió en tales circunstancias. A dos personas a las que yo estimaba les sobrevino una desgracia, y yo era impotente para remediarla. Lo único que pude hacer fue acompañarlos y esperar el desenlace. Pero estar allí en esos momentos en que alguien me necesitaba era lo principal. SEGUNDA: Estoy convencido que lo mas importante que he hecho en mi vida estuvo a punto de no ocurrir debido a las cosas que aprendí en la universidad y en mi vida profesional. En la escuela de derecho me enseñaron a tomar los datos, analizarlos y organizarlos y después evaluar esa información sin apasionamientos. Esa habilidad es vital en los abogados. Cuando la gente acude a nosotros en busca de ayuda, suele estar angustiada y necesita que su abogado piense con lógica. Pero, al aprender a pensar, casi me olvide de sentir. Hoy, no tengo duda alguna que debí haber subido al coche sin titubear y seguir a mi amigo al hospital. TERCERA: Aprendí que la vida puede cambiar en un instante. Intelectualmente, todos sabemos esto, pero creemos que las desdichas les pasan a otros. Así, pues hacemos planes y concebimos nuestro futuro como algo tan real que pareciera que ya ocurrió. Pero, al ubicarnos en el mañana dejamos de advertir todos los presentes que pasan junto a nosotros, y olvidamos que perder el empleo, sufrir una enfermedad grave, toparse con un conductor ebrio y miles de cosas mas pueden alterar ese futuro en un abrir y cerrar de ojos. En ocasiones a uno le hace falta vivir una tragedia para volver a poner las cosas en perspectiva. Desde aquel día busque un equilibrio entre el trabajo y la vida.

EL ÁRBOL

Había una vez un árbol... y el árbol amaba a un niño... y el muchacho venia todos los días y cogía sus hojas. Y con ellas hacia coronas e imaginaba ser el rey del bosque... y trepaba por su tronco... y se colgaba de sus ramas... y comía manzanas... y jugaba al escondite... y cuando se cansaba se dormía a la sombra... y el muchacho amaba muchísimo al árbol... y el árbol era feliz... pero el tiempo pasaba... y el muchacho crecía... y el árbol, con frecuencia estaba solo... Un día el muchacho se acercó al árbol y este le dijo: -Ven, muchacho trepa por mi tronco y colúmpiate en mis ramas y come manzanas y juega en mi sombra y sé feliz... - Soy demasiado grande para trepar y jugar - dijo el muchacho -. Necesito dinero. ¿Puedes darme un poco de dinero? - Lo siento - dijo el árbol -, pero no tengo dinero. Solo tengo unas hojas y manzanas. Coge las manzanas, muchacho, y véndelas en el mercado de la ciudad. Entonces tendrás dinero y serás feliz... En seguida, el muchacho subió al árbol, cogió sus manzanas y se las llevo. Y el árbol fue feliz... y el muchacho se alejo. Se fue muy lejos sin poder ver al árbol... y el árbol estaba triste... y un buen día el muchacho volvió... y el árbol se estremeció de alegría y dijo: - Ven, muchacho, y trepa por mi tronco y colúmpiate en mis ramas y se feliz. - Estoy demasiado atareado - dijo el muchacho - para trepar por tu tronco. Necesito una casa para cobijarme. Necesito calor como el comer. Quiero una esposa, quiero tener hijos y por eso necesito una casa. - Yo tengo casa - dijo el árbol -. El bosque es mi casa. Pero tu puedes cortar mis ramas y construir una casa. Entonces serás feliz... Y el muchacho corto sus ramas... las llevo para construir una casa... y el árbol era feliz... y el muchacho se fue lejos y no pudo ver mas al árbol por mucho tiempo... Y cuando el muchacho regreso... el árbol no podía hablar, cargado de emoción. - Ven, muchacho - balbuceo -, ven a jugar. - Soy demasiado viejo y asediado por la tristeza para jugar - dijo el muchacho -. Necesito un barco que me lleve muy lejos de aquí. ¿Me puedes dar un barco? - Corta mi tronco y fabrica un barco - dijo el árbol -. Luego podrás navegar hasta playas lejanas... y serás feliz... Y el árbol era feliz..., aunque no enteramente... le faltaba compañía... y después de mucho tiempo..., el muchacho regreso de nuevo. - Lo siento muchacho - dijo el árbol -. Pero no me queda nada... mis manzanas desaparecieron. - Mis dientes son demasiado débiles para comer manzanas - dijo el muchacho - - Mis ramas... han desaparecido - dijo el árbol -. Ya no puedes columpiarte en ellas. - Soy demasiado viejo para columpiarme en ellas - dijo el muchacho -. - Mi tronco ha desaparecido - dijo el árbol -. Ya no puedes trepar. - Estoy demasiado cansado para trepar -dijo el muchacho -. - Lo siento - sollozo el árbol -. Quisiera darte algo... pero ya no me queda nada... solo un raigón. Lo siento... - Ahora necesito muy pocas cosas - dijo el muchacho -. Solo un lugar tranquilo para sentarme y descansar... Estoy demasiado cansado... - Bueno - dijo el árbol enderezándose todo o que pudo con gran esfuerzo -. Bueno, siéntate. Un viejo raigón solo sirve para asiento y descanso... ven, siéntate... Y el muchacho lo hizo... y el árbol era feliz..., feliz..., feliz. ¿Cual es el sentido de vivir del árbol? ¿Que es lo que le hace ser feliz? ¿Cual es el precio de su felicidad? ¿Merece la pena terminar así? ¿Que estas dispuesto/a a dejarte quitar? ¿Por que o por quien? ¿Que te impide hacerlo?

CARTA DIRIGIDA A LA DROGA

Se que cuando recibas esta carta no te afectara lo que pongo en ella, ya que seguirás teniendo tantos admiradores como por desgracia siempre has tenido. Cuando nos presentaron apenas me gustaste, fue el paso de los días lo que hizo que poco a poco me gustase cada vez más estar contigo. Ya no me conformaba con verte solo los fines de semana. Salía a tu encuentro cualquier día. Fue tanto el gusto que le cogí a nuestra relación que ya apenas salía con mis compañeros. Poco a poco me fui apartando de ellos, unos porque no te querían y me aconsejaban que te dejara y otros porque también estaban enamorados de ti y no quería compartirte con ellos. Nuestra relación cada vez se hacia más intima. Yo ya no vivía sino para ti. Mi primer error fue dejar mi trabajo por no prestarle la atención suficiente, terminaron por despedirme. Pero nuestra relación seguía para adelante, era tal la dependencia que sentía por ti que apenas podía hacer nada si no te tenía a mi lado. Hay que añadir el tren de vida al que me tenías sometido. Pronto tuve que robar para poder estar juntos. Aunque tu no contento con lo que tenias me exigías más y más. Has deteriorado mi vida, mi salud, mis proyectos, mi libertad... Gracias a Dios me he dado cuenta que tu relación solo me trae desgracia. Es por eso que he decidido escribirte estas líneas para romper, con la esperanza de que todo aquel que reciba esta carta y te haya conocido pueda darse cuenta de que destrozaras su vida. Hasta siempre. P.D.: Si tienes la desgracia de conocerla, pide ayuda, y sobre todo no se la presentes a un amigo que quieras de verdad. Carta dirigida a la droga. (CARTA DE MI AMIGO LUIS)

REPORTAJE A DIOS

"Con mi título de periodista recién obtenido, decidí realizar una gran reportaje..." -"Pasá" me dijo Dios, "Así que querés entrevistarme?" -"Bueno", le conteste, " Si tenés tiempo..." Se sonríe por entre la barba y dice: -"Mi tiempo se llama eternidad y alcanza para todo, ¿qué preguntas querés hacerme?" -"Ninguna nueva ni difícil para vos... ¿Qué es lo que más te sorprende de los hombres?" Y dijo: -"Que se aburren de ser niños, apurados por crecer, y luego suspiran por regresar a ser niños. Que primero pierden la salud para tener dinero y enseguida pierden el dinero para recuperar la salud. Que por pensar ansiosamente en el futuro, descuidan su hora actual, con lo que ni viven el presente ni el futuro. Que viven como si no fueran a morirse, y se mueren como si no hubieran vivido, y pensar que yo..." Con los ojos llenos de lágrimas y la voz entrecortada deja de hablar. Sus manos toman fuertemente las mías y seguimos en silencio. Después de un largo tiempo y para cortar el clima, le dije: -"Me dejas hacerte otra pregunta?" No me respondió con palabras sino solo con su tierna mirada. -"Padre... que es lo que le pedirías a tus hijos para este nuevo año?" -"Que aprendan que no pueden hacer que alguien los ame. Lo que si pueden es dejarse amar. Que aprendan que toma años construir la confianza, y solo segundos para destruirla. Que aprendan que lo más valioso no es lo que tienen en sus vidas, sino a quien tienen en sus vidas. Que aprendan que no es bueno compararse con los demás pues siempre habrá alguien mejor o peor que ellos. Que aprendan que "rico" no es el que más tiene, sino el que menos necesita. Que aprendan que deben controlar sus actitudes, o sus actitudes los controlaran. Que aprendan que bastan unos pocos segundos para producir heridas profundas en las personas que amamos, y que pueden tardar muchos años en ser sanadas. Que aprendan que a perdonar se aprende practicando. Que aprendan que hay gente que los quiere mucho, pero que simplemente no sabe como demostrarlo. Que aprendan que el dinero lo compra todo menos la felicidad. Que aprendan que a veces cuando están molestos tienen derecho a estarlo, pero eso no les da derecho a molestar a los que los rodean. Que aprendan que los grandes sueños no requieren de grandes alas, sino de un tren de aterrizaje para lograrlos. Que aprendan que amigos de verdad son escasos quien ha encontrado uno, ha encontrado un verdadero tesoro. Que aprendan que no siempre es suficiente ser perdonado por otros, algunas veces deben perdonarse así mismos. Que aprendan que son dueños de lo que callan y esclavos de lo que dicen. Que aprendan que de lo que siembran, cosechan, si siembran chismes cosecharán intrigas, si siembran amor cosecharán felicidad. Que aprendan que la verdadera felicidad no es lograr sus metas sino aprender a ser felices con lo que tienen. Que aprendan que la felicidad no es cuestión de suerte sino producto de sus decisiones. Ellos deciden ser felices con lo que son y tienen, o morir de envidia y celos por lo que les falta y carecen. Que aprendan que dos personas pueden mirar una misma cosa y ver algo totalmente diferente. Que aprendan que sin importar las consecuencias, aquellos que son honestos consigo mismos llegan lejos en la vida. Que aprendan que a pesar de que piensen que no tienen nada mas que dar, cuando un amigo llora con ellos encuentren la fortaleza para vencer sus dolores. Que aprendan que retener a la fuerza a las personas que aman, las aleja más rápidamente de ellos y el dejarlas ir las deja para siempre al lado de ellos. Que aprendan que a pesar de que la palabra "amor" pueda tener muchos significados distintos, pierde valor cuando es usada en exceso. Que aprendan que amar y querer no son sinónimos sino antónimos: el querer lo exige todo, el amar lo entrega todo. Que aprendan que nunca harán nada tan grande para que Dios los ame más, ni nada tan malo para que los ame menos. Simplemente los amo, a pesar de sus conductas. Que aprendan, que la distancia más lejos que pueden estar de Mi es la distancia de una simple oración. ...." "Y así en un encuentro profundo, tomados de las manos, continuamos en silencio."

DEJAD QUE OS ENSEÑEN

A los adultos, quería decirles lo siguiente: Hablad con los niños y no simplemente a los niños. Escuchad lo que tienen que decir. Respetad su derecho a ser escuchados. Haced para ellos un espacio de justicia en nuestro pueblo mundial. Ayudadlos a, ser ellos mismos en nuestra gran familia. Y por encima de todo, dejad que os enseñen lo que quizás vosotros ya hayáis olvidado: la comprensión, la tolerancia, la amistad, la paz, la fraternidad y, ante todo, el amor. KENNETH KAUNDA (Presidente de Zambia)

TERROR EN LA SIERRA

Nunca pase un susto más grande que aquella vez en las sierras de Córdoba (Argentina). Realmente no es mi costumbre relatar cuentos de terror, pero una historia como esta merece ser contada, para que no vuelva a ocurrir algo similar. Era de noche, con mi mochila al hombro venia marchando desde temprano, y casi sin darme cuenta, las sombras de la noche se habían cerrado sobre mí, al mismo tiempo que un viento frió hacia presagiar una de esas noches que no hacen nada agradable dormir a la intemperie. Habiéndome propuesto llegar a un refugio en la montaña, un buen fuego y una cama calentita apreté el paso y hasta entone algunas estrofas de blanca senda. Pero una horas mas tarde, cerca de la medianoche, mi cansancio me hacia ver peligrosas sombras que parecían querer atacarme. Los ruidos de la sierra, que el viento magnificaba, me hacían pensar en la existencia de animales peligrosos, que mi lógica no los lograba alejar... En un cruce, cuando más desesperado me encontraba, una sombra que silenciosamente me rodeaba, una sombra que silenciosamente vi avanzar por un caminito lateral me pareció mi salvación: un enorme automóvil negro tomo el camino hacia el refugio donde yo quería dirigirme. No lo pensé un instante, sacando fuerzas de la desesperación corrí el trecho que nos separaba y sin esperar ninguna invitación, me subí al asiento trasero... Pero ¡¡¡¡horror!!!!... ante mi incredulidad y desesperación nadie manejaba el auto. No estaba todavía repuesto de esta sorpresa, cuando comencé a sentir lo que se me ocurrió era un rugido de una bestia salvaje. Más aun, gritos que parecían, proferidos por alguna de esas pobres almas que residen eternamente en el infierno, se escuchaban a mis espaldas. En eso, vi que el camino se acercaba a un precipicio, la lenta marcha del vehículo no cesaba y la caída hacia él vació parecía inevitable, cuando una enorme mano peluda, saliendo de la nada, tomo el volante y girándolo doblo la curva. Esto fue demasiado para mis pobres nervios, sin saber todavía de donde saque la fuerza, salte del coche y corrí despavorido los pocos kilómetros que me separaban del refugio. En mi terror creía escuchar a mis espaldas los gritos de una bestia del averno que me perseguía. Llegue al refugio y ni me acorde de los placeres que pensaba encontrar, tirado con mi bolsa de dormir en un rincón, pase la peor noche de mi vida, dando constantemente gracias al cielo por haberme protegido de los tremendos peligros corridos. A la mañana siguiente, ojeroso, pero más tranquilo, respirando el vivificante aire de la sierra, me acerque a un grupo de turistas que estaban conversando en la puerta del refugio, a fin de preguntarles dónde desayunar. Pero de pronto, ante mi espanto, vi que en realidad sus cuerpos me ocultaban un vehículo enorme y negro, el mismo que anoche anterior se me imagino la carroza del maligno. Ante mi grito desesperado, tartamudeando que este coche estaba maldito, la reacción de uno de los turistas me lleno de confusión y bochorno. Era un hombre grande, que amarrándome del cogote me sacudió por el aire mientras me decía: “Te agarre desgraciado, vos eras el que te colaste en el auto anoche mientras nosotros empujábamos por falta de mafta”. La verdad, nunca pase más susto que aquella vez en las sierras de Córdoba...

EL POLLO DE ÁGUILA

Un día, recorriendo la montaña un pastor encontró, medio muerto de hambre y abandonado, en un nido roto, un pichón de águila. El polluelo fue recogido y cuidado por el pastor, quien lo llevo a su casa y dio a sus hijos. Con el tiempo, lo que fue un débil pichón, se convirtió en una joven ave un poco mascota, un poco juguete, de los chicos de la casa. Recuerdo que solían llevarla al pueblo con una cadenita atada a la patita y la paseaban como quien lleva un perrito faldero. La joven águila vivía encantada esta experiencia, pero estaba escrito que su vida debía transcurrir rodeada de otras aves, y así fue como terminó formando parte de los emplumados habitantes del gallinero. Vida apacible, sin duda: comer todo el día, chismorrear con el vecino, alborotarse por cualquier ruido, atrapar algún gusanito despistado... Por la noche dormir en su palito, acurrucada entre las gordas ponedoras. Claro, se veía distinto: el patote feo un díia se convirtió en cisne, el pollito amarrillo creció y llego a ser el rey del gallinero, con una cresta tan roja y hermosa que parecía una corona. Las mismas gallinas cluecas cobijando docenas de huevos que un buen día se convertirían en bolitas de pelusa en movimiento. ¿Y ella? Sin duda era la más altiva, la más distante, la que veía más lejos, y la que tenia alas más largas. Alas ¿para qué? Él ultimo día de este cuento, la joven águila miro por fin el cielo. Entre las más oscuras nubes de lluvia se formo de pronto un hueco que atravesó un rayo de sol. Y este rayo inflamo el corazón del águila, dio energía a sus dormidas alas y, extendiéndolas en toda su envergadura, las hizo vibrar, al principio, lentamente, algo de vuelo, luego cada vez mas alto y más alto, hacia aquel pedazo de cielo y aquel rayo de luz que la llamaba. Queridos lobatos... hay una verdad en esta historia, reflexionemos: ¿Cómo nos sentimos hoy? Atados al suelo? Confortables y cómodos como gallinas? O muy por el contrario, hemos desplegado las alas del alma que nos llevan a la luz del cielo. Seamos águilas del sol y no animales de la tierra.. ¡Arriba el espíritu, miremos al cielo!

LA ESMERALDA ENCANTADA

Hace muchos, muchos años hubo una vez un niño que solía jugar debajo de un gran pino cercano a su casa. Después de cada lluvia, alrededor del árbol brotaban muchos hongos, alineados en forma de circulo, que servían de asiento a un grupo de pequeños gnomos, tan chiquitos como muñequitos pero capaces de hacer cosas maravillosas. Al poco tiempo de conocerse, el muchacho y los gnomos ya eran grandes amigos. Francisco que así se llamaba el niño, mantenía en secreto esa amistad, porque la gente no suele creer en los gnomos, pero se divertía mucho con ellos. Pero llego el invierno y el padre del muchacho decidió hacer leña ese pino. Francisco le rogó de todas formas que no cortara ese árbol, ya que era la morada de sus extraños amigos, el padre acepto su pedido a condición de que Francisco se ocupara de conseguir la leña para la casa durante todo el invierno. El chico paso ese invierno trabajando muy duro, recorriendo la comarca juntando leña para cumplir la promesa que salvaría al pino, y el padre cumplió la suya, porque así son los padres. Llegada la primavera los gnomos se enteraron del sacrificio realizado por Francisco para salvar su viejo árbol y decidieron recompensarlo regalándole una cadena de oro con una gran esmeralda. Esta piedra- le dijeron- tiene poderes mágicos que te darán toda la felicidad; mientras la lleves en el cuello serás amado, conseguirás para ti todo lo que quieras y llegaras a ser inmensamente rico. Para el resto de los hombres solo será una piedra, muy valiosa, pero sin esos poderes. Muy pronto Francisco comprobó la verdad de esas palabras: tenia cuanto deseaba y todo lo que emprendía le salían bien sin ningún esfuerzo, aunque como no ambicionaba riquezas, poco uso le daba a su esmeralda encantada. Pero ese verano hubo una gran sequía y el hambre se apodero de hombres y animales, porque se perdieron todas las cosechas. Francisco intento, solucionar esos males con su piedra encantada, pero todo fue en vano, sus poderes solo actuaban para él, pero no para los demás. Podría salvarse del hambre y la miseria, pero nuca ayudar a sus semejantes. Rápidamente corrió hasta la ciudad más cercana, vendió la piedra por la cual le dieron una fortuna, y volvió a su comarca con una enorme carreta cargada de alimentos, ropas, y hasta grano para los animales. Para que nadie se enterara de que había sido él quien trajera todo eso, lo fue dejando frente a las casas de noche sin que lo vieran. A la mañana siguiente, todos encontraron los grandes paquetes frente a sus puertas y fue como un día de reyes. Hubo alegría y alivio, aunque nadie sabía a quien darle las gracias. Pero Francisco estaba preocupado, porque tendría que confesar a sus amigos los gnomos, que se había desprendido de la maravillosa piedra que le regalaran. Lo hizo con un poco de miedo, pensando que se enojarían. Pero los gnomos comprendieron que Francisco no necesitaba una piedra encantada para ser feliz, le bastaba con su propia bondad. Por eso le hicieron otro obsequio para que llevara en su cuello; esta vez le dieron un humilde pañuelo, ajustado con un pequeño anillo, hecho con un hueso de "caracu". Ese pañuelo le recordaría siempre que de nada valen las riquezas ni la propia felicidad cuando no se las puede compartir, que lo que se consigue sin esfuerzo carece de verdadero valor y que el amor al prójimo es la mayor alegría que alguien puede gozar, porque no hay felicidad mas linda que dar felicidad.

LA TIERRA NO PERTENECE AL HOMBRE

1855, el Jefe Seattle, de la tribu Suwamishu, envió este texto al presidente de los EE.UU., en contestación a la propuesta de Washington de comprarle los territorios del Noroeste. Es la declaración más profunda y hermosa que jamás se ha hecho sobre el medio ambiente. ¿Cómo se puede comprar o vender el firmamento, ni aun el calor de la tierra? Esa idea nos resulta extraña. Si no somos dueños de la frescura del aire ni del fulgor de las aguas, ¿cómo podréis comprarlos? Cada parcela de esta tierra es sagrada para mi pueblo. Cada brillante mata de pino, cada gota de rocío y hasta el sonido de cada insecto es sagrado a la memoria y al pasado de mi pueblo. Los muertos del hombre blanco olvidan su país de origen cuando emprenden su paseo entre las estrellas; en cambio, nuestros muertos nunca pueden olvidar esta bondadosa tierra, puesto que es la madre de los pieles rojas. Somos parte de la tierra y asimismo, ella es parte de nosotros. Las flores perfumadas son nuestras hermanas; el venado, el caballo, la gran águila; estos son nuestros hermanos. Las escarpadas peñas, los húmedos prados, el calor del cuerpo del caballo y el hombre, todos pertenecemos a la misma familia. El Gran Jefe de Washington nos envía el mensaje de que quiere comprar nuestras tierras, dice que nos reservara un lugar en el que podamos vivir confortablemente. El se convertirá en nuestro padre y nosotros en sus hijos. Eso no es fácil, ya que esta tierra es sagrada para nosotros. Si os vendemos nuestras tierras debéis recordar que es sagrada y a la vez debéis enseñar a vuestros hijos que es sagrada y que cada reflejo fantasmagórico en las claras aguas de los lagos cuenta los sucesos y memorias de las vidas de nuestras gentes. El murmullo del agua es la voz del padre de mi padre. Los ríos son nuestros hermanos y sacian nuestra sed; son portadores de nuestras canoas y alimentan a nuestros hijos. Sabemos que el hombre blanco no comprende nuestro modo de vida. El no sabe distinguir entre un pedazo de tierra y otro, ya que es un extraño que llega de noche y toma de la tierra lo que necesita La tierra no es su hermana, sino su enemiga. Le secuestra la tierra a sus hijos. Tratan a su madre, la tierra, y a su hermano el firmamento, como objetos que se compran, se explotan y se venden. No se porque pero nuestro modo de vida es diferente al vuestro. La sola vista de vuestras ciudades apena los ojos del piel roja. Quizá sea porque el piel roja es un salvaje y no comprende nada. No existe un lugar tranquilo en las ciudades del hombre blanco, el ruido solo parece insultar nuestros oídos. El aire tiene un valor inestimable para el piel roja, ya que todos comparten un mismo aliento, la bestia, el árbol, el hombre, todos respiramos el mismo aire. El hombre blanco no parece consciente del aire que respira. Pero si vendemos nuestra tierra debe recordar que el aire no es estimable, que el aire comparte su espíritu con la vida que sostiene. Y si os vendemos nuestras tierras, debéis conservarlas como cosa aparte y sagrada, como un lugar donde se pueda saborear el viento perfumado por las flores de las praderas. Si decidimos aceptarla yo pondré una condición: el hombre blanco debe tratar a los animales de esta tierra como a sus hermanos. Soy un salvaje y no comprendo otro modo de vida. He visto a miles de búfalos pudriéndose en las praderas, muertos a tiro por el hombre blanco desde un tren en marcha. Soy un salvaje y no comprendo como una maquina humeante puede importar mas que el búfalo, al que nosotros matamos solo para sobrevivir. ¿Que seria del hombre sin los animales? Si todos fueran exterminados, el hombre también moriría de una gran soledad espiritual; porque lo que le suceda a los animales también le sucederá al hombre. Debéis enseñar a vuestros hijos que el suelo que pisan son las cenizas de nuestros abuelos. Enseñad a vuestros hijos como nosotros hemos enseñado a los nuestros, que la tierra es nuestra madre. Todo lo que le ocurra a la tierra le ocurrirá a los hijos de la tierra. Si los hombres escupen en el suelo, se escupen a si mismos. La tierra no pertenece al hombre; el hombre pertenece a la tierra. Todo va enlazado como la sangre que une a una familia. Todo va enlazado. El hombre no tejió la trama de la vida; el es solo un hilo. Ni siquiera el hombre blanco, cuyo Dios pasea y habla con el de amigo a amigo, queda exento del destino común. Sabemos una cosa que quizá el hombre blanco descubra un día: nuestro Dios es el mismo Dios. Puede pensar ahora que El le pertenece, pero no es así, El es el Dios de los hombres y su compasión se comparte por igual entre el piel roja y el hombre blanco. Esta tierra tiene un valor inestimable para EL y si se daña se provocara la ira del Creador. Pero vosotros caminareis hacia vuestra destrucción rodeados de gloria, inspirados por la fuerza del Dios que los trajo a esta tierra y que, por algún designio especial, les dio dominio sobre ella y sobre el piel roja. Ese destino es un misterio para nosotros, pues no entendemos porque se exterminan los búfalos, se doman los caballos salvajes, y se atiborra el paisaje de las exuberantes colinas con cables parlantes. ¿Donde esta el matorral? Destruido. ¿Donde esta el águila? Desapareció. Termina la vida y empieza la supervivencia.

CAMBIAR YO...

CAMBIAR YO PARA QUE, QUE CAMBIE EL MUNDO... El Sufi Bavazid dice acerca de si mismo: De joven yo era un revolucionario y mi oración consistía en decir a Dios: “Señor, dame fuerzas para cambiar el mundo”. A medida que fui haciéndome adulto y caí en la cuenta de que me había pasado media vida sin haber logrado cambiar a una sola alma, transforme mi oración y comencé a decir: “Señor, dame la gracia de transformar a cuantos entran en contacto conmigo. Aunque solo sea a mi familia y a mis amigos. Con eso me doy por satisfecho”. Ahora, que soy un viejo y tengo los días contados, he empezado a comprender lo estúpido que yo he sido. Mi única oración es la siguiente: “Señor, dame la gracia de cambiarme a mi mismo”. Si yo hubiera orado de este modo desde el principio, no habría malgastado mi vida. Reflexiona en silencio esta lectura y anota tus propias conclusiones. ¿Crees que nuestra postura es la del Sufi? ¿Por qué? ¿Intentas cambiar algo de ti mismo antes que pensar en cambiar el mundo? Opina sobre la siguiente afirmación: “Todo el mundo piensa en cambiar la humanidad. Casi nadie piensa en cambiarse a si mismo”.

BAILA...

BAILA COMO SI NADIE TE ESTUVIERA VIENDO!!! Nos convencemos a nosotros mismos de que la vida será mejor después de terminar los estudios, después de casarnos, después de tener un hijo y entonces después de tener otro. Entonces nos sentimos frustrados de los hijos no son lo suficientemente grandes y que seremos mas felices cuando lo sean. Después de eso nos frustramos porque son adolescentes (difíciles de tratar). Ciertamente seremos mas felices cuando salgan de esa etapa. Nos decimos que nuestra vida estará completa cuando a nuestro(a) esposo (a) le vaya mejor, cuando tengamos un mejor carro o una mejor casa, cuando nos podamos ir de vacaciones, cuando estemos retirados. La verdad es que no hay mejor momento para ser felices que ahora. Si no es ahora, cuando? Tu vida siempre estará llena de retos. Es mejor admitirlo y decidir ser felices de todas formas. Una de mis frases favoritas es de Alfred D. Souza: "Por largo tiempo parecía para mi que la vida estaba a punto de comenzar - la vida de verdad. Pero siempre había algún obstáculo en el camino, algo que resolver primero, algún asunto sin terminar, tiempo por pasar, una deuda que pagar. Entonces la vida comenzaría. Hasta que me di cuenta de que estos obstáculos eran mi vida. Esta perspectiva me ha ayudado a ver que no hay un camino a la felicidad. La felicidad es el camino. Así que atesora cada momento que tienes y atesóralo mas cuando lo compartas con alguien especial, lo suficientemente especial para compartir tu tiempo. Y recuerda que el tiempo no espera por nadie... Así que deja de esperar hasta que termines la escuela, hasta que vuelvas a la escuela, hasta que bajes 10 kilos, hasta que te cases, hasta que tengas hijos, hasta que tus hijos se vayan de casa, hasta que te divorcies, hasta el viernes por la noche, hasta el domingo por la mañana, hasta la primavera, el verano, el otoño, el invierno, o hasta que mueras...para decidir que no hay mejor momento que este para ser feliz... La felicidad es un trayecto, no un destino LA FELICIDAD NO ESTA EN LO QUE OPINEN LOS DEMÁS ... ESTA EN LO QUE SIENTES TU...

¿HAY SUERTE?

Si hay suerte ... El chiste es conocido. El estudiante que va a examinarse y al preguntarle el catedrático el tema quince, le responde: "Perdone, pero no me he podido preparar ese tema". Dígame, entonces, el 45. “Lo siento, pero la verdad es que no me ha dado tiempo a llegar a ese tema". El catedrático, tras algunas otras infructuosas tentativas, entre benévolo y bonachón, lo anima: "Bueno, vamos a ver, dígame el tema que mejor sepa..." Y ante el mutismo obstinado del alumno, le pregunta: "Pero, hombre de Dios, ¿se puede saber a qué ha venido usted. a los exámenes?"... "¡Pues haber si había suerte!"... Hay gente ¿mucha gente?, que pasa su existencia dejándose vivir, escurriéndose de todo esfuerzo, sin arrimar jamás el hombro a nada; en simbiosis parasitaria con la familia, los amigos, o la sociedad; quejándose de todo y a todos; culpando a todo y a todos de las injusticias que la vida y la gente comete contra ellos... y esperando siempre "haber si hay suerte". Gente que fía a las quinielas, al cuponazo o a la primitiva lo que niega al trabajo y al esfuerzo. Gente que quiere recoger sin sembrar, o, a lo más, catar las uvas, recién plantada la viña. No quiere saber que el fruto exige siempre sazón y la cosecha, tiempo y tempero. Que hay que sembrar para poder recoger. Que hace falta millones de flores para un kilo de miel, y muchos años para la esplendorosa frondosidad de un cedro. La calidad no se improvisa. Nadie se hace un "Induráin" de la noche a la mañana; ni tampoco, un experto mecánico. Ni se gana una oposición, o se es un as informático sólo por la cara bonita de uno. Indudablemente que Kaspárov no se enfrenta con "Deep Blue" dejándolo todo a la suerte. Hay que poner manos a la obra y no escatimar esfuerzo. Y dar tiempo al tiempo. Y saber esperar, sin bajar la guardia. Y creer de continuo en el propio trabajo y que éste merece la pena. Cuando sugirieron al mariscal francés Lyauntey que la repoblación de cedros que planeaba tardaría muchos años en crecer, respondió: "Si es así, razón de más para empezar cuanto antes". "Haber si hay suerte" es la solución más cómoda para cuantos problemas y situaciones puedan plantearse en la vida. Pero es también la más estéril y la menos eficaz. Y además es la excusa más torpe para cohonestar la vocación de zángano en la sociedad y el fracaso de la propia vida. Edison, el famoso inventor estadounidense solía repetir (jugando con las palabras): "El genio es inspiración (inspiration) en un 1 % y esfuerzo (Perspiration), en el 99% restante. "Haber si hay suerte" no es ya sólo tentar a la suerte, es exigirle a Dios continuos e inútiles milagros para glorificar la propia holgazanería.